miércoles, 6 de mayo de 2020

Trastorno de exhibicionismo


El exhibicionismo se caracteriza por conseguir la excitación sexual a través de la exposición de los genitales, habitualmente ante un extraño que está desprevenido. También puede referirse a un deseo potente de ser observado por los demás durante la actividad sexual. El trastorno de exhibicionismo implica actuar sobre estos impulsos sin el consentimiento de otra persona o experimentar malestar significativo o deterioro funcional debido a tales deseos e impulsos.

El exhibicionismo es una forma de parafilia, pero la mayoría de las personas exhibicionistas no cumplen con los criterios clínicos de un trastorno parafílico, que requieren que el comportamiento, las fantasías o los deseos irrefrenables de la persona provoquen malestar clínicamente significativo o deterioro funcional o causen daño a los demás (que en el exhibicionismo incluye concretar los impulsos sin el consentimiento de otra persona). La afección también debe haber estado presente durante ≥ 6 meses.

La prevalencia estimada en varones no supera el 2 al 4%; es menor en las mujeres. Pocas mujeres son diagnosticadas con trastorno exhibicionista; la sociedad sanciona algunas conductas exhibicionistas de las mujeres (a través de los medios de comunicación y en los lugares de entretenimiento).

El exhibicionista (habitualmente varón) puede masturbarse mientras se expone a sí mismo o mientras tiene fantasías de exponerse frente a otros. Puede ser consciente de esta necesidad de sorprender, de escandalizar o de impresionar al observador involuntario. La víctima casi siempre es una mujer adulta o un niño de cualquier sexo. El contacto sexual real rara vez se busca, y el daño físico al testigo desprevenido es inusual.

El inicio suele ser durante la adolescencia, pero en ocasiones el primer acto tiene lugar durante la preadolescencia o en la mediana edad.

Alrededor del 30% de los agresores sexuales masculinos que son detenidos son exhibicionistas. Tienen la tasa de reincidencia más alta entre todos los agresores sexuales y aproximadamente el 20 al50% vuelven a ser arrestados.

La mayoría de los exhibicionistas están casados, pero el matrimonio suele tener problemas por un desajuste social y sexual, con disfunción sexual frecuente.

Los exhibicionistas también pueden tener un trastorno de la personalidad (en general antisocial) o un trastorno de la conducta.

Para algunas personas, el exhibicionismo se expresa como un deseo potente de hacer que los demás observen sus actos sexuales. Lo que atrae a estas personas no es el acto de sorprender a la audiciencia, sino, por el contrario, de ser visto por una audiencia consentidora. Las personas que tienen esta forma de exhibicionismo pueden hacer películas pornográficas o convertirse en artistas animadores para adultos. Pocas veces tienen problemas por este deseo y por eso es posible que no presenten un trastorno psiquiátrico.

Diagnóstico
·         Criterios clínicos del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, quinta edición (DSM-5)
El diagnóstico de un trastorno exhibicionista requiere lo siguiente:
·         Los pacientes se han excitado repetida e intensamente exponiendo sus genitales a una persona desprevenida o siendo observados por otras personas durante la actividad sexual; la excitación se expresa en fantasías, impulsos intensos o comportamientos.
·         Los pacientes han actuado según sus deseos con una persona que no acepta el consentimiento, o estas fantasías, impulsos intensos o comportamientos causan una angustia significativa o deterioran el funcionamiento en el trabajo, en situaciones sociales o en otras áreas importantes.
·         La afección ha estado presente durante ≥ 6 meses.


Tratamiento
•          Psicoterapia, grupos de apoyo e ISRS
•          A veces medicamentos antiandrógenos
Cuando infringen la ley y se los considera agresores sexuales, el tratamiento del trastorno exhibicionista suele comenzar con psicoterapia, grupos de apoyo y utilización de ISRS.
Si los ISRS son ineficaces y si el trastorno es grave, se debe considerar la indicación de medicamentos que reducen los niveles de testosterona y por ende disminuyen la líbido. Estos medicamentos se conocen como antiandrógenos, aunque los fármacos más frecuentemente utilizados en realidad no bloquean los efectos de la testosterona. Estos medicamentos incluyen agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) (p. ej., leuprolide) y acetato de medroxiprogesterona de depósito; ambos disminuyen la producción pituitaria de la hormona luteinizante (LH) y la hormona folículo-estimulante (FSH). Se requieren el consentimiento informado completo y la monitorización apropiada de la función hepática y las concentraciones séricas de testosterona.
Las tasas de recidiva son altas. La efectividad del tratamiento se supervisa sobre la base del auto-informe, la pletismografía peneana y los registros de detención.

Conceptos clave
•          La mayoría de los exhibicionistas no cumplen los criterios clínicos para un trastorno exhibicionista.
•          Alrededor del 30% de los agresores sexuales masculinos que son detenidos son exhibicionistas; aproximadamente entre el 20 y el 50% de ellos vuelven a ser arrestados.
•          Diagnostique el trastorno exhibicionista solo si la afección ha estado presente durante ≥ 6 meses y si los pacientes han actuado según sus deseos sexuales con una persona que no está de acuerdo o si su comportamiento les causa una angustia significativa o deteriora su funcionamiento.
•          Si los pacientes han cometido un delito sexual, primero trate con psicoterapia e ISRS, si se necesita tratamiento adicional y si se obtiene consentimiento informado, se pueden considerar medicamentos antiandrógenos.

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