La discapacidad
intelectual se caracteriza por un funcionamiento intelectual significativamente
inferior al promedio (expresado, a menudo, por un cociente intelectual <
70-75) combinado con limitaciones en > 2 de las siguientes áreas:
comunicación, autodirección, aptitudes sociales, cuidados personales, uso de
recursos comunitarios y mantenimiento de la seguridad personal. El tratamiento
consiste en educación, asesoramiento familiar y apoyo social.
La discapacidad
intelectual se considera un trastorno del desarrollo neurológico. Los
trastornos del neurodesarrollo son las condiciones que aparecen en la infancia
temprana, por lo general antes de entrar a la escuela, y afectan al desarrollo
del funcionamiento personal, social, académico y/o laboral. Por lo general
implican dificultades con la adquisición, conservación o aplicación de
habilidades o conjuntos de información específicos. Los trastornos del
desarrollo neurológico pueden implicar disfunción de la atención, la memoria,
la percepción, el lenguaje, la resolución de problemas o la interacción social.
Otros trastornos del neurodesarrollo comunes incluyen trastorno de
hiperactividad y deficit de atencion, trastornos del espectro autista, y
trastornos del aprendizaje (p.ej, dislexia).
La discapacidad
intelectual debe implicar la aparición de déficits en las dos siguientes
sustancias durante la primera infancia:
• Funcionamiento intelectual (p. ej., en
el razonamiento, la planificación y la resolución de problemas, el pensamiento
abstracto, el aprendizaje en la escuela o de la experiencia)
• Funcionamiento adaptativo (es decir,
la capacidad para cumplir con los estándaresapropiados para la edad y en
términos socioculturales para el funcionamiento independiente en las
actividades de la vida diaria)
Es inadecuado
establecer la gravedad solo en función del CI (p. ej., leve, 52 a 70-75;
moderado, 36 a 51; grave, 20 a 35; profundo, < 20). La clasificación también
debe tener en cuenta el nivel de apoyo requerido, que varía de intermitente a
apoyo de alto nivel continuo para todas las actividades. Un enfoque de este
tipo se centra en los puntos fuertes y débiles de una persona y los relaciona
con las demandas del medio de la persona y las expectativas y actitudes de la
familia y la comunidad.
Alrededor de 3%
de la población funciona con un CI < 70, que es por lo menos 2 desviaciones
estándares inferior al CI medio de la población general (CI de 100); si se
considera la necesidad de apoyo, sólo alrededor del 1% de la población presenta
discapacidad intelectual grave. La discapacidad intelectual grave se observa en
familias de todos los grupos socioeconómicos y niveles educacionales. La
discapacidad intelectual menos grave (que requiere apoyo intermitente o
limitado) es más frecuente en grupos de nivel socieconómico más bajo, lo que
guarda paralelo con observaciones de que el CI se correlaciona mejor con el
éxito académico y el nivel socioeconómico que con factores orgánicos
específicos. No obstante, estudios recientes sugieren que los factores
genéticos pueden intervenir aun en discapacidades cognitivas más leves.
Etiología
La inteligencia
depende tanto de factores genéticos como ambientales. Los niños nacidos de
padres con discapacidad intelectual tienen mayor riesgo de una serie de
discapacidades del desarrollo, pero la transmisión genética evidente de la
discapacidad intelectual es inusual. Aunque los avances de la genética, como el
análisis cromosómico por micromatrices y la secuenciación del genoma completo
para definir las regiones codificantes (exoma), han aumentado la probabilidad
de identificar la causa de una discapacidad intelectual, a menudo no es posible
detectar una causa específica de una discapacidad intelectual. En los casos
graves, es muy probable que se identifique una causa. Los déficits del lenguaje
y las aptitudes personales-sociales pueden deberse a problemas emocionales,
privación ambiental, trastornos de aprendizaje o sordera más que a una
discapacidad intelectual.
Prenatal
Una serie de
anomalías cromosómicas y trastornos metabólicos y neurológicos de origen
genético pueden causar discapacidad intelectual (ver Algunas causas genéticas y
cromosómicas de discapacidad intelectual*).
Las infecciones
congénitas que pueden causar discapacidad intelectual son rubéola y las
secundarias a citomegalovirus, Toxoplasma gondii, Treponema pallidum,herpes
simple o HIV. La infección por el virus Zika prenatal se ha asociado
recientemente con microcefalia congénita y discapacidad intelectual asociada.
La exposición
prenatal a fármacos y tóxicos puede causar discapacidad intelectual. El
síndrome alcohólico fetal es el más frecuente de estos cuadros. Otras causas
son anticonvulsivantes, como fenitoína o ácidos valproico, fármacos
antineoplásicos, exposición a radiación, plomo y metilmercurio.
La desnutrición
grave puede afectar el desarrollo encefálico del feto, con la consiguiente
discapacidad intelectual.
Perinatal
Las
complicaciones relacionadas con prematurez, hemorragia del SNC, leucomalacia periventricular,
parto en presentación pelviana o con fórceps alto, embarazo multifetal,
placenta previa, preeclampsia y asfixia perinatal pueden aumentar el riesgo de
discapacidad intelectual. El riesgo es mayor en recién nacidos pequeños para la
edad gestacional; el deterioro intelectual y el bajo peso comparten causas
similares. Los recién nacidos de peso muy bajo y extremadamente bajo tienen un
aumento variable de las probabilidades de presentar discapacidad intelectual,
lo que depende de la edad gestacional, los eventos perinatales y la calidad de
la atención.
Posnatal
La desnutrición
y la privación ambiental (ausencia del apoyo físico, emocional y cognitivo
requerido para el crecimiento, el desarrollo y la adaptación social) durante la
lactancia y la primera infancia pueden ser las causas más frecuentes de
discapacidad intelectual en todo el mundo. Las encefalitis (incluida la
neuroencefalopatía asociada a sida) y las meningitis (p. ej., infecciones
neumocócicas, infección por Haemophilus influenzae), intoxicaciones (p. ej.,
plomo, mercurio) y los accidentes que provocan lesiones craneoencefálicas
graves o asfixia pueden provocar discapacidad intelectual.
TABLA
Algunas causas
genéticas y cromosómicas de discapacidad intelectual*
Signos y
síntomas
Las manifestaciones
primarias de la discapacidad intelectual son
• Adquisición lenta de nuevos
conocimientos y habilidades
• Conducta inmadura
• Limitada capacidad de cuidados
personales
Algunos niños
con discapacidad intelectual leve pueden no presentar síntomas reconocibles
hasta la edad preescolar. En cambio, la detección temprana es frecuente en los
niños con discapacidad intelectual de moderada a grave y en aquellos en los que
la discapacidad intelectual se acompaña de alteraciones físicas o signos de un trastorno
(p. ej., parálisis cerebral) que puede asociarse con una causa particular de
discapacidad intelectual (p. ej., asfixia perinatal). Por lo general, el
retraso del desarrollo es evidente al llegar a la edad preescolar. En los niños
mayores, las características distintivas son un CI bajo combinado con
limitaciones de las capacidades de conducta adaptativa. Aunque los patrones de
desarrollo pueden variar, es mucho más frecuente que los niños con discapacidad
intelectual presenten progreso lento que detención del desarrollo.
Los trastornos
conductuales son la razón de la mayoría de las derivaciones psiquiátricas e
institucionalización de las personas con discapacidad intelectual. Los
problemas conductuales suelen ser situacionales y, por lo general, pueden
identificarse factores precipitantes. Los factores que predisponen a conductas
inaceptables son
• Falta de entrenamiento en conductas
socialmente responsables
• Disciplina inconsistente
• Refuerzo de la conducta incorrecta
• Deterioro de la capacidad de comunicación
• Incomodidad debido a problemas físicos
y trastornos de salud mental coexistentes, como depresión o ansiedad
En contextos
institucionales (ahora inusuales en los Estados Unidos), el hacinamiento, la
falta de personal y la falta de actividades contribuyen a aumentar los desafíos
en la conducta y a limitar el progreso funcional. Evitar la colocación a largo
plazo instituciones de cuidado muy concurridas es extremadamente importante
para maximizar el éxito del individuo.
Trastornos
asociados
Los trastornos
comórbidos son comunes, en particular trastorno por déficit de atención e
hiperactividad, trastornos del estado de ánimo (depresión, trastorno bipolar),
trastornos del espectro autista, trastorno de ansiedad, y otros.
Algunos niños
pueden tener parálisis cerebral u otros déficits motores, retrasos del lenguaje
o hipoacusia. Estas alteraciones motoras o sensoriales pueden simular deterioro
cognitivo, pero no son por sí mismas causas de éste. A medida que los niños
maduran, algunos presentan ansiedad o depresión si perciben el rechazo social
de otros niños o si se sienten perturbados al advertir que los demás los
consideran diferentes y deficientes. Los programas escolares inclusivos, bien
manejados, pueden ayudar a maximizar la integración social, lo que minimiza
estas respuestas emocionales.
Diagnóstico
• Evaluación del desarrollo y la
inteligencia
• Imágenes del SNC
• Estudios genéticos
En los casos
sospechosos, se evalúan el desarrollo y la inteligencia, en general mediante
intervención temprana o por el personal de la escuela. Las pruebas de
inteligencia estandarizadas pueden medir la capacidad intelectual inferior al
promedio, pero están sujetas a error, y deben cuestionarse los resultados que
no son compatibles con los hallazgos clínicos; las enfermedades, las
alteraciones motoras o sensitivas, las barreras lingüísticas o las diferencias
culturales pueden alterar el rendimiento del niño en las pruebas. Asimismo,
estas pruebas tienen un sesgo de clase media, pero en general son razonables
para reconocer la capacidad intelectual de los niños, en particular de los de
más edad.
Las pruebas de
detección sistemática del desarrollo, como el Ages and Stages Questionnaire
(Cuestionario para Edades y Estadios) o Parents’ Evaluation of Developmental
Status (PEDS [Evaluación de los Padres del Nivel de Desarrollo]) permiten una
evaluación aproximada del desarrollo de niños pequeños y pueden ser realizadas
por el médico u otras personas. Estas evaluaciones sólo deben emplearse para la
detección sistemática y no como sustitutos de pruebas de inteligencia
estandarizadas, que deben ser realizadas por psicólogos calificados. La
evaluación del desarrollo neurológico debe inciarse en cuanto se sospecha un
retraso del desarrollo.
Un pediatra
especializado en desarrollo o un neurólogo infantil deben investigar todos los
casos de
• Retrasos del desarrollo de moderados a
graves
• Discapacidad progresiva
• Deterioro neuromuscular
• Presuntos trastornos convulsivos
Una vez
establecido el diagnóstico de discapacidad intelectual, deben realizarse
esfuerzos para determinar una causa. La determinación precisa de la causa puede
permitir un pronóstico de desarrollo, sugerir planes para programas
educacionales y de entrenamiento, ayudar en el asesoramiento genético y aliviar
el sentimiento de culpa de los padres.
Diagnóstico de
la causa
Los antecedentes
(perinatales, de desarrollo, neurológicos y familiares) pueden identificar
causas. La Child Neurology Society (Sociedad de Neurología Infantil) ha
propuesto un algoritmo para la evaluación diagnóstica del niño con discapacidad
intelectual (retraso global del desarrollo).
Los estudios de
diagnóstico por imágenes craneales (p. ej., RM) pueden revelar malformaciones
del SNC (como se observa en las neurodermatosis, como neurofibromatosis o
esclerosis tuberosa), hidrocefalia tratable o malformaciones encefálicas más
graves, como esquizencefalia.
Las pruebas
genéticas pueden ayudar a identificar trastornos.
• El cariotipo estándar muestra síndrome
de Down (trisomía 21) y otros trastornos del número de cromosomas
• El análisis cromosómico por
micromatrices de cromosomas identifica el número de copias de variantes como
podría encontrarse en el síndrome 5p- (síndrome por deleción de 5p o de
maullido de gato [cri du chat]) o en el síndrome de DiGeorge (deleción del
cromosoma 22q)
• Los estudios directos de DNA
identifican el síndrome de X frágil
El análisis
cromosómico por micromatrices se ha convertido en la herramienta preferida de
investigación; puede ser utilizado para identificar específicamente síndromes
probables y cuando no se sospeche un síndrome específico. Se ofrecen
oportunidades para la identificación de alteraciones cromosómicas no
reconocidas, pero se requiere una prueba de paternidad para interpretar los
resultados positivos. La secuenciación del genoma completo de las regiones
codificantes (secuenciación del exoma completo) es un método más nuevo y
detallado que podría descubrir las causas adicionales de la discapacidad
intelectual.
Las
manifestaciones clínicas (p. ej., retraso del crecimiento, letargo, vómitos,
convulsiones, hipotonía, hepatoesplenomegalia, rasgos faciales toscos, olor
anormal de la orina, macroglosia) pueden sugerir un trastorno metabólico de
origen genético. Los retrasos aislados para sentarse o caminar (aptitudes
motoras gruesas) y para usar la pinza digital, dibujar o escribir (aptitudes
motoras finas) pueden indicar un trastorno neuromuscular.
Se realizan
pruebas de laboratorio específicas según la causa presunta (ver Estudios
complementarios para algunas causas de discapacidad intelectual). Se deben
realizar evaluaciones visuales y auditivas a temprana edad, y suele ser
apropiada la detección sistemática de saturnismo.
TABLA
Estudios
complementarios para algunas causas de discapacidad intelectual
Pronóstico
Muchas personas
con discapacidad intelectual de leve a moderada pueden mantenerse, vivir en
forma independiente y ser exitosos en trabajos que requieren capacidades
intelectuales básicas. La expectativa de vida puede estar acortada, lo que
depende de la etiología de la discapacidad, pero la atención sanitaria está
mejorando la evolución de la salud a largo plazo de las personas con todo tipo
de discapacidades del desarrollo. Es probable que las personas con discapacidad
intelectual grave requieran soporte de por vida. Cuanto más grave es la
discapacidad cognitiva y mayor es la inmovilidad, más alto es el riesgo de
morbilidad.
Tratamiento
• Programa de intervención temprana
• Apoyo de un equipo multidisciplinario
El tratamiento y
las necesidades de apoyo dependen de la competencia social y la función
cognitiva. La derivación a un programa de intervención temprana durante la
lactancia puede prevenir o disminuir la gravedad de la discapacidad resultante
de una lesión perinatal. Deben establecerse métodos realistas para el cuidado
de los niños afectados.
El apoyo y el
asesoramiento de la familia son cruciales. En cuanto se confirma o se sospecha
firmemente la discapacidad intelectual, debe informarse a los padres y dedicar
mucho tiempo a discutir las causas, los efectos, el pronóstico, la educación y
el entrenamiento del niño, y la importancia de equilibrar los riesgos
pronósticos conocidos con las profecías autocumplidas negativas, pues la
reducción de las expectativas determina malos resultados funcionales en etapas
ulteriores de la vida. Para la adaptación de la familia, es esencial el
asesoramiento sensible y continuo. Si el médico de la familia no puede
encargarse de la coordinación y el asesoramiento, el niño y la familia deben
ser derivados a un centro con un equipo multidisciplinario que evalúe y asista
a niños con discapacidad intelectual; de todos modos, el médico de familia debe
proporcionar atención y asesoramiento médicos continuos.
Se desarrolla un
programa integral, individualizado, con la ayuda de especialistas apropiados,
incluidos educadores.
Un equipo
multidisciplinario incluye
• Neurólogos o pediatras especializados
en desarrollo y conducta
• Ortopedistas
• Terapeutas físicos y terapeutas
ocupacionales (que ayudan a tratar enfermedades concomitantes en niños con
déficits motores)
• Especialistas en lenguaje y otólogos
(que ayudan con los retrasos del lenguaje o con presuntas hipoacusias)
• Nutricionistas (que ayudan con el
tratamiento de la desnutrición)
• Asistentes sociales (que ayudan a
reducir la privación ambiental e identificar recursos clave)
• Psicólogos (que supervisan la
planificación de las intervenciones conductuales)
Los niños
afectados con trastornos de salud mental concomitantes, por ejemplo depresión,
deben recibir fármacos psicoactivos adecuados en dosificaciones similares a los
usados en niños sin discapacidad intelectual. La administración de fármacos
psicoactivos sin terapia conductista ni cambios ambientales rara vez es de
utilidad.
Deben hacerse
todos los esfuerzos para que los niños vivan en su hogar o en residencias comunitarias.
Aunque la presencia de un niño con discapacidad intelectual en el hogar puede
ser perturbadora, también es en extremo gratificante. La familia puede
beneficiarse con el apoyo psicológico y la colaboración con atención diaria
provista por centros de día y servicios de ayuda doméstica y de relevo. El
entorno debe estimular la independencia y reforzar el aprendizaje de las
habilidades necesarias para lograr este objetivo.
Siempre que sea
posible, los niños con discapacidad intelectual deben asistir a una guardería
adecuadamente adaptada o a una escuela con compañeros sin discapacidad
cognitiva. La Ley de Educación de Individuos con Discapacidades (IDEA)
(Individuals with Disabilities Education Act, IDEA), la ley primaria de
educación especial de los Estados Unidos, estipula que todos los niños con
discapacidades deben recibir oportunidades y programación educacionales
adecuadas en los ambientes menos restrictivos y más inclusivos.
Cuando las
personas con discapacidad intelectual llegan a la adultez, hay muchas
instituciones de apoyo para residencia y trabajo disponibles. Las instituciones
residenciales grandes están reemplazándose por residencias para grupos pequeños
o individuales adaptadas que se ajustan a las capacidades y necesidades
funcionales de la persona afectada.
Prevención
El asesoramiento
genético puede ayudar a las parejas de alto riesgo a comprender los posibles
riesgos. Si un hijo presenta discapacidad intelectual, la evaluación de la
etiología puede suministrar a la familia la información adecuada sobre el
riesgo para futuros embarazos.
Las pruebas
prenatales pueden indicarse en parejas de alto riesgo que deciden tener hijos.
Las pruebas prenatales les permiten a las parejas considerar la interrupción
del embarazo y la planificación familiar ulterior. Los estudios complementarios
incluyen
• Amniocentesis o biopsia de las
vellosidades coriónicas.
• Ecografía
• Alfa-fetoproteína sérica materna
• Detección sistemática prenatal no
invasiva
La amniocentesis
b o la biopsia de vellosidades coriónicas permiten detectar trastornos
metabólicos y cromosómicos hereditarios, estados de portador y malformaciones
del SNC (p. ej., defectos del tubo neural, anencefalia). La amniocentesis puede
considerarse en todas las embarazadas > 35 años (porque su riesgo de tener
un hijo con síndrome de Down es mayor) y en mujeres con antecedentes familiares
de trastornos metabólicos hereditarios.
La ecografía
también puede detectar defectos del SNC.
La determinación
de alfa-fetoproteína sérica materna es una prueba de detección sistemática útil
en defectos del tubo neural, síndrome de Down y otras anomalías.
Los métodos de
cribado prenatal no invasivo se pueden usar para identificar anomalías
cromosómicas numéricas y se han empleado para identificar algunos síndromes de microdeleción
más grandes, como la eliminación de 22q11.
Las vacunas han
eliminado la rubéola congénita y la meningitis neumocócica y por H. influenzae
como causa de discapacidad intelectual.
Los continuos
avances en atención obstétrica y neonatal y el mayor acceso a ella y el uso de
exanguinotransfusión e inmunoglobulina anti-Rh0(D) para prevenir la enfermedad
hemolítica del recién nacido han reducido la incidencia de discapacidad
intelectual; la mayor supervivencia de recién nacidos de muy bajo peso ha mantenido
constante la prevalencia.
Conceptos clave
• La discapacidad intelectual implica el
desarrollo intelectual lento con funcionamiento intelectual inferior al
promedio, comportamiento inmaduro, y habilidades de autocuidado limitadas que
en combinación son lo suficientemente graves como para requerir un cierto nivel
de apoyo.
• Un número de trastornos prenatales,
perinatales y posnatales pueden causar discapacidad intelectual, pero a menudo
no puede identificarse una causa específica.
• Los déficits del lenguaje y las
aptitudes personales-sociales pueden deberse a problemas emocionales, privación
ambiental, trastornos de aprendizaje o sordera más que a una discapacidad
intelectual.
• Realizar un examen de detección
utilizando pruebas como el Ages and Stages Questionnaire (ASQ, Cuestionario
para Edades y Estadios) o el Parents’ Evaluation of Developmental Status (PEDS,
Evaluación de los Padres del Nivel de Desarrollo) y derivar para realizar
pruebas de inteligencia estandarizadas y una evaluación del desarrollo
neurológico.
• Buscar las causas específicas con
imágenes craneales, pruebas genéticas (p. ej., el análisis de microarreglos
cromosómicos, la secuenciación del exoma), y otras pruebas, como se indica
clínicamente.
• Proporcionar un programa integral,
individualizado (que incluye el apoyo y el asesoramiento de la familia)
mediante un equipo multidisciplinario.
Todavía no puedo creer que no sé por dónde empezar, me llamo Juan, tengo 36 años, me diagnosticaron herpes genital, perdí toda esperanza en la vida, pero como cualquier otro seguí buscando un cura incluso en Internet y ahí es donde conocí al Dr. Ogala. No podía creerlo al principio, pero también mi conmoción después de la administración de sus medicamentos a base de hierbas. Estoy tan feliz de decir que ahora estoy curado. Necesito compartir este milagro experiencia, así que les digo a todos los demás con enfermedades de herpes genital, por favor, para una vida mejor y un mejor medio ambiente, póngase en contacto con el Dr. Ogala por correo electrónico: ogalasolutiontemple@gmail.com, también puede llamar o WhatsApp +2348052394128
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