Hace 164 años nació Sigmund Freud, pero los términos y frases que popularizó están profundamente arraigados en la cultura popular y el lenguaje cotidiano. ¿Cómo se extendió tanto la jerga freudiana?
Está el Freud de los libros de texto; el gran pensador barbudo vienés, pionero del psicoanálisis; el Freud sobre el que los académicos nunca se cansan de discutir.
Y está el otro Freud: el del bar; el Freud al que uno podría recurrir cuando menciona los sueños, actos fallidos, o alguien a quien le guste su mamá. Su relación con el primer Freud es tangencial, en el mejor de los casos.
Escuche furtivamente una conversación y es probable que, tarde o temprano, aparezca un concepto inventado o popularizado por el artífice de la asociación libre.
Complejo de Edipo. Negación. Ello, yo y superyó. Libido. Deseos de muerte. Fijación retentiva anal. Mecanismos de defensa. Desplazamiento. Símbolos fálicos. Proyección. Transferencia. Y, por supuesto, los deslices freudianos.
No es solamente la terminología freudiana que forma parte
de todo el léxico popular. Es un adjetivo por derecho propio.
Sin competencia
"¿Qué pensaría Freud?" y "Eso es algo
freudiano" son básicamente expresiones usadas por personas interesadas en
hacer saber que fueron a la universidad.
Otros intelectuales del Siglo XX no pueden competir: ni
Sartre ni Chomsky ni Einstein. Las reseñas cinematográficas de los tabloides
rara vez citan a Foucault o De Beauvoir.
Pero todos saben de qué se habla cuando se menciona a
Freud. O al menos creen que saben: el inconsciente, represión sexual, sueños,
cuestiones de papá y mamá.
"No tienes que leer a Freud para vivir en un mundo
donde Freud es importante o para pensar de manera freudiana", dice Stefan
Marianski, de la Casa Museo Freud, en Londres. "Todo lo que necesitas es
consumir cultura popular masiva producida desde mediados del Siglo XX en
adelante.
Freud tuvo la ventaja de ser un escritor extremadamente
bueno, que ilustraba el psicoanálisis con referencia a la obra de grandes
artistas, como Shakespeare, Dostoyevski y Leonardo da Vinci.
Presencia cinematográfica
Para el psicólogo Oliver James, "la razón por la
cual Freud se convirtió en semejante fuerza cultural es que llegó a la cultura
popular a través del cine".
Comenzando con "Cuéntame tu vida", la película
de suspenso psicológico de 1945 de Alfred Hitchcock, las referencias explícitas
a Freud abundan en el cine.
Algunos términos freudianos
- El
inconsciente (o subconsciente): Freud decía que mucho de lo que pensamos está oculto de nuestra
mente despierta, en nuestro inconsciente o subconsciente; los deseos
prohibidos y pensamientos inaceptables se pueden escapar de una manera distorsionada
a través de los sueños y "deslices freudianos" o actos fallidos.
- El
complejo de Edipo:
el término de Freud para la compleja serie de emociones que ocurre entre
los niños y sus padres, inspirado en el trágico personaje de la obra del
poeta griego Sófocles, quien, sin saberlo, mata a su padre y se casa con
su madre.
- Yo,
ello y superyó: una
teoría "estructural" de la mente, que la separa entre el ello
(el ámbito de los apetitos descoordinados e instintivos), el superego o
superyó (que juega un papel crítico y moralizante) y el ego o yo (que
pretende un equilibrio entre los otro dos).
Es notable el caso de prácticamente la obra entera de
Woody Allen: como dice al inicio de "Annie Hall": "Nunca tuve un
período de latencia".
Luego está la dinámica de padre e hijo en "El
imperio contraataca" y, por cierto, "Volver al futuro".
"Es básicamente el complejo de Edipo", indica
Marianski. "La lógica de 'Volver al futuro' es la misma de 'Psicosis'
(otra de Hitchcock), realmente".
También están las novelas de monólogo interior de
Virginia Woolf y James Joyce; Salvador Dalí y los surrealistas; "Los
Soprano" y "Frasier"; la película de 2011 "Un método
peligroso", con Viggo Mortensen como Freud, o cualquier cosa que incluya
un recuerdo reprimido, una secuencia onírica o un personaje con impulsos
incestuosos.
No es que mucho de esto sea estrictamente freudiano, en
el sentido que le dan los académicos al término. La brecha entre el Freud de
bar y lo que Freud realmente escribió suele ser enorme.
Aunque muchas de sus ideas -sobre todo en torno a
"la sexualidad infantil"- eran consideradas peligrosamente radicales
durante su vida, los aspectos más desafiantes de su obra fueron poco tratados
por los medios masivos.
"Creo que mayormente tenemos sólo una idea
vaga -quizás defensivamente vaga- de lo que Freud está diciendo, especialmente
porque en el campo de la cultura popular su trabajo ha sido procesado para
suavizarlo, hacerlo más aceptable, reducir su perspicacia, su complejidad -y, supongo,
su dificultad- y convertirlo en una fantasía acogedora y tranquilizadora",
afirma el doctor Nicholas Ray, catedrático de la Universidad de Leeds.
Típicamente, al final de la película, se recupera
la memoria reprimida, se concede autoconocimiento a la heroína y se da a la
audiencia una conclusión narrativa satisfactoria.
Pero incluso si Freud es ampliamente incomprendido
y tergiversado, y el complejo de Edipo en los dramas televisivos resulta muy
distinto del expuesto en "La interpretación de los sueños", nadie
duda que sus conceptos siguen fascinando al público.
Vigencia de Freud
Es aún más notable, dado que mucho de lo que
escribió Freud fue superado por investigaciones posteriores y que en algunos
círculos académicos sus teorías han sido ferozmente atacadas, particularmente
por feministas, que consideran misóginos conceptos como envidia del pene, y lo
acusan de ignorar pruebas de que algunos de sus pacientes fueron víctimas de
abuso infantil.
Freud aún tiene seguidores, incluido Oliver James,
quien sostiene la validez de sus escritos sobre los sueños, el inconsciente y
el papel de la primera infancia. Pero Marianski admite que Freud es
"mayormente leído en departmentos de humanidades", no por
científicos.
Sin embargo, mucho de esto no interesa al profano.
Quizás lo más significativo, indica Marianski, es que el lenguaje freudiano fue
popularizado durante una era particularlmente egocéntrica.
"Desde una perspectiva histórica, es parte de
un movimiento general donde la gente empezó a mirarse más hacia adentro",
afirma Marianski. "Hubo una amplia transformación cultural: ¿cómo se
conceptualiza el ego?".
Pero hay mucho en la obra de Freud que hace que la
continua prominencia de sus términos parezca incongruente. Especialmente, sus
teorías sobre la represión pertenecen a un mundo anterior a la revolución
sexual.
"Ahora que los jóvenes parecen ser libres
para hacer lo que quieran y hablar de lo que quieran, resulta interesante que
Freud les siga interesando", comenta James.
Sin duda, esto no hará que la gente deje de usar
terminología freudiana como le parezca, al servicio de una gran actividad del
Siglo XXI: colocarse a ellos mismos y a otros en el proverbial diván.
Como escribió el poeta W.H. Auden tras la muerte
de Freud, "Para nosotros ya no es una persona, sino todo un clima de
opinión".
Es más elegante que "Freud de bar".
- Neurólogo austriaco y fundador del psicoanálisis, es considerado una de las mentes más influyentes -y controvertidas- del Siglo XX.
- Nacido en Freiberg, Moravia (ciudad llamada ahora Pribor, en República Checa).
- Su familia se mudó a Leipzig y luego se estableció en Viena, donde Freud estudió medicina.
- Desarrolló la teoría de que los seres humanos poseen un inconsciente en el que los impulsos sexuales y agresivos están en conflicto perpetuo por supremacía con las defensas en su contra.
- Su principal obra, "La interpretación de los sueños", fue publicado en 1900 y en él los sueños eran explicados en términos de deseos inconscientes y experiencias.
- En 1923, publicó "El yo y el ello", que sugería un nuevo modelo estructural de la mente, dividido entre el "ello", el "ego" o "yo" y el "superyó".
- En 1938, poco después de la anexión de Austria a la Alemania nazi, Freud dejó Viena para ir a Londres, donde murió al año siguiente.
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